martes, agosto 12, 2008

Productoras de video y cine

Daniel Rodríguez ya no quiere llamarse Daniel Rodríguez. Tiene 49 años y acaba de lograr su gran sueño: hacer su primer largometraje. La dirección de "El acuarelista" en el Festival de Lima estará a cargo de Daniel Ró.

Unos mineros que entraban por un túnel fue el primer cortito que hizo Ró a los 9 años, con una cámara 8, esas que filmaban hasta que se acabara la cuerda. La curiosidad por el cine no lo abandonó cuando tuvo que estudiar en una universidad para ingenieros en Missouri (EE.UU.), tampoco cuando fundó un instituto y una universidad en Trujillo. Antes de cumplir 40 decidió mandar su primer corto "El colchón" a un concurso convocado por el Consejo Nacional de Cinematografía (Conacine). Había que presentarse como empresa y él buscó un nombre que refleje sus dos facetas: Cinecorp. Ganó y obtuvo dos premios internacionales, uno del Festival de Cine de Cartagena. El quinto corto --"Diente de oro"-- obtuvo en el 2005 un premio en el Festival de Cine de Montreal. Entonces supo que tenía que dedicarse de lleno a la producción cinematográfica. Y así fue.

Este año se han presentado al concurso de proyectos de del Conacine guiones para 38 largometrajes y 42 documentales. Rosa María Oliart, presidenta de Conacine, dice que el aumento del presupuesto para los concursos de este año (S/.2'800.000) ayudará para que el sector audiovisual se desarrolle. "Esto motivará para que más jóvenes participen y se formalicen, porque solo pueden postular empresas inscritas". Oliart es consciente de que muchas empresas se inscriben solo para el concurso, pero según sus proyecciones "a partir del 2009 se tendrá un mínimo de 6 largometrajes al año en estreno".

José Balado, presidente de la organización Documental Independiente Peruano, dice que la movida del cine y del documental que se percibe desde hace unos años proviene de varios factores: la creación de más centros de enseñanza, el acceso a tecnología más barata y la demanda por ver algo diferente. "El Perú es rico en historias, solo es cuestión de contarlas", comenta.

Aún no hay productoras peruanas que puedan vivir exclusivamente del cine o del documental. Cuando Fabrizio Aguilar formó en el 2001 la productora Luna Llena Films, la pensó (aún la piensa) como una empresa dedicada exclusivamente al cine de ficción y documental. Como en toda empresa púber, todos tienen que hacer un poco de todo. Por ejemplo, en el primer proyecto grande, la película "Paloma de papel", Aguilar tuvo que hacer de director, guionista y productor general. Eso sí, contrataron como a 80 personas para el equipo técnico. Con los fondos conseguidos y la taquilla (la vieron 300.000 espectadores) consiguieron recuperar lo invertido. Luego de haber ganado experiencia, Luna Llena Films ha dado servicios a otras productoras en el tema del distribución y búsqueda de financiamiento. "Existen fondos internacionales como Fondsud, Vision Sudest, CNAC, hay que saber buscarlos", comenta Aguilar. Su nuevo proyecto de largometraje "Tarata", acaba de ganar un premio (S/.400.000) con el que podrá financiar el 25% de la producción.

Cuando se habla de filmes independientes o de autor, Ró dice que "con recuperar el costo ya estamos bien, y si además ganamos por la venta de taquilla, en buena hora". Por eso, desde hace un año su empresa tiene 3 unidades: cine, que incluye cortos y largos, servicios para productoras internacionales y videos corporativos. Debido a que ya tiene las redes para hacer los envíos de cortometrajes a festivales, también se encarga de vender sus derechos de transmisión a canales extranjeros. Ahora también se encarga de la producción en Arequipa de una película de capitales europeos en la que participará la actriz peruana Magaly Solier.

La productora Imaginacción, del comunicador Marco Condori, también vive por contar historias, pero lo hace a través de documentales sociales, enfocados, por ejemplo, en salud y desarrollo regional. Su productora tampoco puede vivir de documentales, por eso, además de trabajar para agencias de cooperación y ONG, da servicios de planeamiento y ejecución de campañas de comunicación.

Chullachaqui Producciones es, en esencia, una productora de cine creada hace 10 años por Josué Méndez, el director de "Días de Santiago". El desarrollo de sus películas requiere de 2 a 3 años y cuando no está filmando, la empresa se da el tiempo de hacer videos corporativos, publicitarios y, en muchos casos, cada miembro del equipo trabaja de manera independiente. Sin embargo, Méndez aclara que "lo que se gana del cine se ahorra para invertir en un nuevo proyecto de cine".

Chullachaqui Producciones tuvo un antes y un después porque recién luego de "Días de Santiago" la empresa pudo realmente existir. La película, que ganó 36 premios en el exterior, les permitió recuperar la inversión de US$120.000, tener una oficina, gente fija y un colchón para desarrollar nuevos proyectos. Para Méndez, la producción de una película es tan importante como su distribución. "Tienes que hacerlo con un mínimo estándar técnico para que puedas venderla fuera; siendo el mundo como es, pensar en hacer algo solo para estrenar acá es absurdo". Él acaba de ganar un premio de Conacine para la distribución nacional de su nueva película "Dioses", que se estrenará en el Festival de Lima, pero también manejará un agente de ventas internacional.

"Para una película, los festivales funcionan como un mercado en el que muestras tu producto a compradores futuros", dice Méndez. Pero ahí no acaba todo, una vez que el filme entra a un festival de cine, se debe coordinar con el agente en qué territorios la puede vender y a través de qué canales. ¿Y cómo hizo Daniel Ró para recibir un premio en el Festival de Cartagena con aquel lejano primer corto "El colchón"? No fue únicamente por su talento también por su tenacidad. Luego de invertir US$12.000 para hacer el corto, se encargó de en enviar su copia a 20 festivales internacionales.

Tanto Chullachaqui Producciones, Luna Llena como Cine Corp tercerizan casi todas las actividades porque prefieren dedicarse al desarrollo de los proyectos más que a la compra de equipos. Pero sí cuentan con una larga base de datos para saber a quién llamar dependiendo del perfil de la producción. Y cada uno tiene su propio ritmo y manera de crecer. Por ejemplo Josué, que hará películas a un ritmo de 2 a 3 años, no tiene la ambición de que su productora haga películas cada año, "simplemente poder hacer las películas que queremos hacer".

En el 2007, el presupuesto que manejaba el Conacine para la premiación de concursos fue S/.800.000. P ara este año se ha logrado aumentar el monto a S/. 2'800.000.
Generalmente para postular a un festival de cine hay que invertir el costo de envío de la copia a concursar. Si está en EE.UU. o en Europa puede valer entre US$45 y US$100.
Si se gana un premio en un festival, se puede hacer contacto con distribuidores internacionales y programadores de cable.

Publication: El Comercio
Provider: El Comercio
Date: August 10, 2008

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